23/12/2020
Según el informe Benchmarking Road Safety in Latin America (OCDE/FIT, 2017), la seguridad de las motocicletas es un tema creciente y crítico en América Latina. El número de motocicletas está en franco crecimiento en casi todos los países y representa ya más del 50% del parque automotor en varios de ellos. Su costo de operación relativamente bajo, la creciente congestión en varias ciudades, y un transporte público poco eficiente -sumado a las necesidades propias de la pandemia en este último año- hacen de las motocicletas ganen en popularidad, principalmente en las ciudades.
En 2018 en Argentina, donde las motocicletas representan al segundo vehículo más usado, 5495 personas fallecieron en siniestros de tránsito, de las cuales 2397 eran usuarios de motocicletas. Inclusive con las restricciones de movilidad por la pandemia -en donde el uso de los medios de transporte fue menor, el porcentaje de motociclistas fallecidos fue mayor: el 52%.
El problema de estos usuarios vulnerables parte inclusive desde el otorgamiento de las licencias para conducir. Conducir una motocicleta requiere habilidades técnicas -más que para conducir un auto- y los conductores novatos deben ser entrenados en ese sentido dado que los sistemas de concesión de licencias de conducir son el punto de entrada de los conductores en el sistema de tránsito vial; y casi siempre pueden reforzarse para mejorar los resultados en materia de seguridad vial.
Por eso mismo, en 2019, gracias al apoyo de la Fundación UPS, la Fundación Gonzalo Rodríguez (FGR) y la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), firmaron un acuerdo para consolidar y fortalecer la colaboración para generar y actualizar las políticas públicas y reglamentarias de las prácticas de seguridad vial, con un enfoque en la movilidad segura. En este contexto, se desarrolló el programa de formación de formadores para la conducción segura de motocicletas, con el objetivo de desarrollar e implementar las capacidades y habilidades técnicas de los profesionales que imparten los cursos de capacitación obligatorios para el otorgamiento de la Licencia Nacional de Conducir Clase A para principiantes.
Durante el año 2020, después de una edición del curso de formadores que tuvo lugar a principios de marzo, en la ciudad de Corrientes, debido a la pandemia mundial, los aspectos presenciales del curso no pudieron llevarse a cabo en el campo. Para continuar con el programa de formación, la Fundación Gonzalo Rodríguez decidió poner en marcha la plataforma FGR Campus, y migrar la formación teórica a un plan de estudios online que incluye videos, lecturas y actividades a realizar por los participantes para obtener una pre-certificación que les permite acceder a la formación práctica una vez que la situación de Covid lo permita.
Para comenzar a trabajar, se eligieron las regiones del noreste y noroeste argentino, que son aquellas con peores indicadores de siniestralidad vial en motocicletas. Algunas provincias del norte de Argentina, como Santiago del Estero, muestran una tasa de mortalidad de hasta 28,6 muertes por cada 100.000 habitantes. Al mismo tiempo, en provincias como Catamarca, los motociclistas representan hasta el 67% de todas las muertes por accidentes de tránsito. El trabajo se centró entonces en las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, La Rioja, Mendoza, San Luis y San Juan.
En total se capacitaron 268 técnicos certificadores, con el objetivo de que, al contar con técnicos capacitados, cada municipio pueda explotar la posibilidad de aumentar el número de nóveles conductores responsables en las vías. Municipios como Bella Vista y Obrerá (en la provincia de Entre Ríos y Misiones, respectivamente) ya han comenzado a implementar los conocimientos adquiridos en el curso, desarrollando un curso teórico diseñado específicamente para los aspirantes a la licencia de motocicleta.