De todos los usuarios de las vías -y especialmente si hablamos de usuarios vulnerables-, los niños son los únicos que no deciden por sí mismos su movilidad y entorno. Somos los adultos los que, en mayor o en menor medida, decidimos por ellos: cómo, cuándo y en qué se mueven. A su vez, dadas sus características físicas y cognitivas, durante por lo menos los primeros 7 años de vida, los niños necesitan ayuda de los adultos para gestionar su movilidad de forma segura: detectar la presencia del tráfico, juzgar la velocidad y distancia, y aprender las reglas generales.
A pesar de esto, las lesiones por siniestros de tránsito son una de las principales causas de muerte entre niños y jóvenes en todo el mundo, y afectan especialmente a los países en vías de desarrollo, donde se producen el 90% de las víctimas del mundo
Por eso la Seguridad Vial Infantil es nuestro foco de trabajo, y nos esforzamos por posicionarlo en la agenda pública de la región, en todos los niveles de gobierno y en las diferentes comunidades.